miércoles, 22 de noviembre de 2017

El patio de recreo.


La experiencia en NUESTROS recreos.
Por suerte o por desgracia, según se mire, el patio de colegio donde yo antaño pasaba mi tiempo libre está exactamente igual que en el momento que lo pisé por última vez, mismas pistas de fútbol, mismos espacios delimitados y, sobre todo, mismos comportamientos sociales en lo referido al alumnado del colegio.

Ilustración 1. Patio de recreo. Freepics.
En primer lugar, Nacho nos contará su experiencia como alumno en su colegio, para observar cómo era todo antes en el patio de recreo del colegio Pérez Molina. Tengo que decir que este espacio fue uno de los sitios en los que mejor me lo pase durante mi etapa escolar, ya que era el momento de desconexión máxima para mí después de unas clases bastante intensas. Recuerdo ese sonido característico de la campana que marcaba el inicio y final del recreo. Recuerdo con mucha ilusión y ansía el sonar de la campana para salir a comer y a jugar con mis compañeros, pero también recuerdo la tristeza y la desesperación de volver a las clases al sonar la campana.
Por otro lado, recuerdo algo negativo de ese momento ansiado por el alumnado y es que en nuestro recreo estaba prohibido jugar con balones de fútbol, lo cual hacia que todos los niños/as que querían jugar a ese deporte no pudiesen. Para poder jugar a este deporte rey en el mundo entero, lo que usábamos eran “botes” de refrescos o zumos con los cuales realizábamos partidos de una alta exigencia física. Realmente pienso que un bote de esos era capaz de hacerte más daño que un balón blando de goma espuma.

Ilustración 2. CEIP Pérez Molina. Página web del centro.
Toca conocer ahora la experiencia en primera persona de Gloria cuando era pequeña. Miro a mi izquierda, luego a mi derecha, parece que nada ha cambiado. El tobogán sigue en el centro del patio como siempre, para poder jugar a los colores y el lobo, junto al caballito y sobre el suelo de arena para jugar a los castillos. Si miro detrás mía tengo el patio de los mayores, el famoso patio de la ESO y Bachillerato en el que no me tienen permitido pasar porque es peligroso y me podría hacer daño. Las tres pistas de baloncesto pintadas sobre la gravilla están intactas y el campo de arena grande de fútbol está lleno como si se estuviese disputando el mismísimo clásico entre el Real Madrid y Barcelona F.C.  y sin embargo en la de balonmano y voleibol no hay nadie, claro, solo se utilizan cuando hay educación física. Cogemos las distintas gomas y combas que tenemos y echamos a piedra, papel o tijera para elegir a que nos toca jugar, ya que cada una quiere jugar a un juego distinto. Sale la comba, no era lo que yo quería pero bueno, eso significa que ya no puede salir hasta que no se jueguen a los demás para que así podamos jugar todas a todo sin necesidad de discutir. 

Ilustración 3. Marianistas Ciudad Real. Página web del centro.
Ahora yo, Carlos, contaré mi experiencia personal COMO ALUMNO del colegio Dulcinea del Toboso. En aquella época, si pertenecías a los 3 cursos inferiores de primaria, el patio que te correspondía era aquel delimitado por las vallas del colegio, creando una especie de barrera ficticia custodiada por profesores y profesoras de guardia que no te dejaba viajar más allá de aquellos límites, límites donde se encontraba el alumnado de los 3 cursos superiores, disfrutando en aquellas pistas de fútbol sala y ese campo de arena donde podías disfrutar de porterías de fútbol 11 y un inevitable disgusto para tu madre (esos pantalones que llegaban rotos a casa). Por supuesto, mi recuerdo no puede ser más familiar y agradable, ya que la sensación que viajaba por mi cuerpo al salir al patio de recreo era la equivalente que tengo ahora al sacar buena nota en determinadas asignaturas de la carrera, algo indescriptible y que, seguro estoy de ello, mis compañeros y compañeras también han experimentado con total seguridad, pero por supuesto, en sus colegios.

Ilustración 4. Dulcinea del Toboso. Página del centro.
Para continuar hablaremos de la experiencia que hemos podido observar en el patio del recreo del mismo colegio, con la única diferencia de que esto ha ocurrido 11 años después de la última vez que observé este colegio. En esta ocasión, vengo acompañado de mis compañeros Nacho y Gloria, que me ayudarán a hacer una observación del colegio hoy y donde haremos una comparativa de cómo ha cambiado todo.

Ilustración 5. Viaje en el tiempo. Youtube.
Lo primero que observamos al llegar al colegio, fue que las clases están muy organizadas a la hora de salir al patio, de manera que no se forme un jaleo a ni a la salida ni a la entrada del recreo, además por supuesto, de facilitar la rápida entrada y evacuación del alumnado. Lo segundo que podemos observar, teniendo en cuenta además la experiencia que nos contó Carlos, es que el recreo sigue dividido de la misma manera que cuando él estaba en el colegio, cursos inferiores en un espacio y cursos superiores en otro, lo que nos dice que ha habido poca movilidad en cuanto a este aspecto, pero por otra parte nos parece muy útil esta separación, ya que creemos que en el patio de recreo los intereses de los niños y niñas tienen que estar unidos por los de su misma edad, por lo que no tiene sentido que el alumnado de sexto de primaria juegue a fútbol o a baloncesto con el de primero de primaria. Hasta aquí todo iba como lo conocíamos, pero nuestra sorpresa vino cuando comenzamos a observar diferentes elementos que en ningún momento hemos observado ni en nuestros colegios de pequeños, ni en nuestras experiencias como profesores de prácticas actualmente. Hablamos de una iniciativa promovida por la profesora de Educación Física, Nieves Fernández, que, con el consentimiento del equipo directivo, había empezado a promover unas dinámicas de aprendizaje servicio entre alumnado de diferentes edades, concretamente los de quinto y sexto ayudaban a los más pequeños y a las más pequeñas a jugar a distintos deportes a modo de monitores, estos deportes eran el mini basket, el ping pong, el balonmano y el volley-ball. El alumnado de mayor edad explicaba, controlaba y dirigía un conjunto de actividades propuestas, las cuales los peques y las peques acogían con gran efusividad, ya que era algo que se salía totalmente de la norma. A la hora de charlar con la profesora del funcionamiento de estas actividades, nos comentó que el alumnado de mayor edad siempre estaba dispuesto a ayudar, aunque eso implicara la renuncia a su propio recreo, cosa que para nosotros fue algo muy gratificante de oír, si nos llegan a decir a esa edad que teníamos que perdernos el recreo, NOS HABRÍA DADO ALGO.
Ilustración 6. CEIP Dulcinea del Toboso. Página web del centro.
Por otra parte, y a modo de crítica, no a este colegio, que lo está haciendo de manera fabulosa, sino a todos los colegios en general, es que sigue habiendo una marcada separación de géneros, donde los niños están siempre dedicados a los deportes y las niñas se dedican a charlar entre ellas o, en casos aislados, juegan al deporte, pero enseguida terminan dejándolo. Para nosotros sería maravilloso que algún día en el colegio llegáramos a ver equipos mixtos de fútbol, de baloncesto, de comba, de volley-ball, de chapas, de rayuelas, de balonmano y de otros cientos de juegos y deportes practicables para niños y niñas de todas las edades, esa sería nuestra escuela perfecta en cuanto al desarrollo del tiempo libre se refiere y, aunque suena un modelo algo utópico, seguro que es posible.
Ilustración 7. Innovación. Pinterest.
En conclusión, con trabajo, constancia y sacrificio de algunos profesores y profesoras podrían llegar a hacerse cosas magníficas que no solo servirían para activar la actividad motriz del alumnado, sino que repercutiría directamente en su desarrollo social y los prepararía para enfrentarse a un futuro donde prima la desigualdad social, pero donde ellos y ellas han trabajado desde pequeños y pequeñas para luchar contra eso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

El juego de Ender.

El juego dentro de 50 años:               Para comenzar esta reflexión hemos de decir que este es un tema bastante complejo y dispa...