La experiencia en NUESTROS recreos.
Por suerte o por desgracia, según se mire, el patio de
colegio donde yo antaño pasaba mi tiempo libre está exactamente igual que en el
momento que lo pisé por última vez, mismas pistas de fútbol, mismos espacios
delimitados y, sobre todo, mismos comportamientos sociales en lo referido al
alumnado del colegio.
En primer lugar, Nacho nos contará su
experiencia como alumno en su colegio, para observar cómo era todo antes en
el patio de recreo del colegio Pérez Molina. Tengo que decir que este espacio fue
uno de los sitios en los que mejor me lo pase durante mi etapa escolar, ya que
era el momento de desconexión máxima para mí después de unas clases bastante
intensas. Recuerdo ese sonido característico de la campana que marcaba el
inicio y final del recreo. Recuerdo con mucha ilusión y ansía el sonar de la
campana para salir a comer y a jugar con mis compañeros, pero también recuerdo
la tristeza y la desesperación de volver a las clases al sonar la campana.
Por otro lado, recuerdo algo negativo
de ese momento ansiado por el alumnado y es que en nuestro recreo estaba
prohibido jugar con balones de fútbol, lo cual hacia que todos los niños/as que
querían jugar a ese deporte no pudiesen. Para poder jugar a este deporte rey en
el mundo entero, lo que usábamos eran “botes” de refrescos o zumos con los
cuales realizábamos partidos de una alta exigencia física. Realmente pienso que
un bote de esos era capaz de hacerte más daño que un balón blando de goma
espuma.
Ilustración 2. CEIP Pérez Molina. Página web del centro. |
Toca conocer ahora la experiencia en primera persona de Gloria cuando era pequeña. Miro
a mi izquierda, luego a mi derecha, parece que nada ha cambiado. El tobogán
sigue en el centro del patio como siempre, para poder jugar a los colores y el
lobo, junto al caballito y sobre el suelo de arena para jugar a los castillos.
Si miro detrás mía tengo el patio de los mayores, el famoso patio de la ESO y
Bachillerato en el que no me tienen permitido pasar porque es peligroso y me
podría hacer daño. Las tres pistas de baloncesto pintadas sobre la gravilla están
intactas y el campo de arena grande de fútbol está lleno como si se estuviese
disputando el mismísimo clásico entre el Real Madrid y Barcelona F.C. y sin embargo en la de balonmano y voleibol
no hay nadie, claro, solo se utilizan cuando hay educación física. Cogemos las
distintas gomas y combas que tenemos y echamos a piedra, papel o tijera para
elegir a que nos toca jugar, ya que cada una quiere jugar a un juego distinto.
Sale la comba, no era lo que yo quería pero bueno, eso significa que ya no
puede salir hasta que no se jueguen a los demás para que así podamos jugar
todas a todo sin necesidad de discutir.
Ilustración 3. Marianistas Ciudad Real. Página web del centro. |
Para continuar hablaremos de la experiencia
que hemos podido observar en el patio del recreo del mismo colegio, con la
única diferencia de que esto ha ocurrido 11 años después de la última vez que
observé este colegio. En esta ocasión, vengo acompañado de mis compañeros Nacho
y Gloria, que me ayudarán a hacer una observación del colegio hoy y donde
haremos una comparativa de cómo ha cambiado todo.
Ilustración 5. Viaje en el tiempo. Youtube. |
Lo primero que observamos al llegar
al colegio, fue que las clases están muy organizadas a la hora de salir al
patio, de manera que no se forme un jaleo a ni a la salida ni a la entrada del
recreo, además por supuesto, de facilitar la rápida entrada y evacuación del
alumnado. Lo segundo que podemos observar, teniendo en cuenta además la experiencia
que nos contó Carlos, es que el recreo sigue dividido de la misma manera que
cuando él estaba en el colegio, cursos inferiores en un espacio y cursos
superiores en otro, lo que nos dice que ha habido poca movilidad en cuanto a
este aspecto, pero por otra parte nos parece muy útil esta separación, ya que
creemos que en el patio de recreo los intereses de los niños y niñas tienen que
estar unidos por los de su misma edad, por lo que no tiene sentido que el
alumnado de sexto de primaria juegue a fútbol o a baloncesto con el de primero
de primaria. Hasta aquí todo iba como lo conocíamos, pero nuestra sorpresa vino
cuando comenzamos a observar diferentes elementos que en ningún momento hemos
observado ni en nuestros colegios de pequeños, ni en nuestras experiencias como
profesores de prácticas actualmente. Hablamos de una iniciativa promovida por
la profesora de Educación Física, Nieves Fernández, que, con el consentimiento
del equipo directivo, había empezado a promover unas dinámicas de aprendizaje
servicio entre alumnado de diferentes edades, concretamente los de quinto y
sexto ayudaban a los más pequeños y a las más pequeñas a jugar a distintos
deportes a modo de monitores, estos deportes eran el mini basket, el ping pong,
el balonmano y el volley-ball. El alumnado de mayor edad explicaba, controlaba
y dirigía un conjunto de actividades propuestas, las cuales los peques y las
peques acogían con gran efusividad, ya que era algo que se salía totalmente de
la norma. A la hora de charlar con la profesora del funcionamiento de estas
actividades, nos comentó que el alumnado de mayor edad siempre estaba dispuesto
a ayudar, aunque eso implicara la renuncia a su propio recreo, cosa que para
nosotros fue algo muy gratificante de oír, si nos llegan a decir a esa edad que
teníamos que perdernos el recreo, NOS HABRÍA DADO ALGO.
Ilustración 6. CEIP Dulcinea del Toboso. Página web del centro. |
Por otra parte, y a modo de crítica,
no a este colegio, que lo está haciendo de manera fabulosa, sino a todos los
colegios en general, es que sigue habiendo una marcada separación de géneros,
donde los niños están siempre dedicados a los deportes y las niñas se dedican a
charlar entre ellas o, en casos aislados, juegan al deporte, pero enseguida
terminan dejándolo. Para nosotros sería maravilloso que algún día en el colegio
llegáramos a ver equipos mixtos de fútbol, de baloncesto, de comba, de
volley-ball, de chapas, de rayuelas, de balonmano y de otros cientos de juegos
y deportes practicables para niños y niñas de todas las edades, esa sería
nuestra escuela perfecta en cuanto al desarrollo del tiempo libre se refiere y,
aunque suena un modelo algo utópico, seguro que es posible.
En conclusión, con trabajo,
constancia y sacrificio de algunos profesores y profesoras podrían llegar a
hacerse cosas magníficas que no solo servirían para activar la actividad motriz
del alumnado, sino que repercutiría directamente en su desarrollo social y los
prepararía para enfrentarse a un futuro donde prima la desigualdad social, pero
donde ellos y ellas han trabajado desde pequeños y pequeñas para luchar contra
eso.
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